En la piscina con tu bebé
Cuando te conviertes en un padre joven, es común que te sientas abrumado con dudas y preguntas muy rápidamente. La piscina es un tema del que debemos ser conscientes. Si eres nadador, esta área no debería tener secretos para ti, pero siempre es interesante saber más sobre ello. Averigua todo lo que necesitas saber antes de ir a nadar con tu bebé en la piscina.
Antes de entrar al agua con tu bebé, hay algunas precauciones que debes tomar, además de la necesidad de vacunas actualizadas. Pero, sobre todo, es aconsejable esperar hasta los 6 meses de edad antes de llevar a tu bebé a la piscina. Si quieres matricularla en una clase de natación para bebés, puedes hacerlo a partir de los 4 meses de edad.
¿Participar en clases de natación para bebés?
Las clases de natación para bebés permiten que el niño desarrolle sus habilidades motoras, la confianza en sí mismo y la autonomía mientras aprende sobre el agua. El objetivo no es enseñarle a nadar, sino introducirlo en el agua. Este contacto con el agua le proporciona un despertar sensorial con el descubrimiento de la gravedad, las temperaturas, el ruido y simplemente el contacto con el agua.
Las sesiones de natación para bebés duran generalmente un máximo de 30 minutos y se realizan en un entorno restringido en agua entre 32° y 37°C. Los padres están bien representados y participan plenamente en las sesiones. También ayuda a fortalecer el vínculo con sus hijos. Por ello, las familias van acompañadas de socorristas que ofrecen actividades y juegos como toboganes, pelotas, tablas y toda una gama de objetos a su disposición.
Las principales precauciones a tomar
Al salir a la piscina, favorezca los lugares que ofrecen piscinas reservadas para niños pequeños con agua caliente a unos 32°C. Por debajo de 30°C, su pequeño bebé puede enfriarse rápidamente. Y sobre todo, es importante tener cuidado con las corrientes de aire entre la salida de la bañera y los vestuarios. Y para que se sienta más cómodo, escoja piscinas poco profundas para niños.
Una vez que se han tomado estas medidas, es hora de entrar en el agua. Pero, tenga cuidado, el bebé no puede entrar al agua sin un pañal especial para la piscina. Y traiga una toalla o una bata de baño con capucha dedicada a él.
Dependiendo de la edad de su hijo, usted puede decidir si usa o no manguitos, una flotador o un chaleco salvavidas. Pero, para que pueda captar el agua libremente, es aconsejable sensibilizar a su bebé en el agua, sin ningún tipo de equipo. Mantenga a su bebé en sus brazos y déjelo descubrir poco a poco este ambiente extraño que es la piscina. Su recién nacido podrá aguantar la respiración durante unos segundos en el agua de forma espontánea. Así que no tengas miedo! Quédate cerca de él y deja que se mueva libremente. Para entretenerlo, puedes traer contigo algunos juguetes adaptados al agua, para tranquilizarlo. Si planea pasar una buena parte del día en la piscina, también planifique un pequeño refrigerio. Todos sabemos que el agua se te clava en el estómago, ¿no?
Además, la tabla será la parte esencial de sus salidas familiares a la piscina. Este apoyo le permite enseñarle todas las posiciones: de pie, acostado y sentado. Y, además, le ofrece un soporte en el agua para ayudarlo a flotar. Pero lo importante es no apresurar a su hijo, no forzarlo y dejarlo ir a su propio ritmo. Si se niega a entrar en el agua, no lo fuerces a entrar en ella, ya que esto podría conmocionarlo o perturbarlo. Esto puede conducir a un miedo al agua en los años venideros.
La responsabilidad de los padres: estar atentos
En la piscina, es esencial que esté atento en todo momento. Aunque las piscinas municipales están supervisadas por socorristas, no están allí para supervisar sólo a tu hijo en todo momento. Es tu responsabilidad supervisar a tu bebé y garantizar su seguridad. También se tiene en cuenta su preocupación por su estado de salud. Estate alerta a la más mínima señal de frío vigilando la aparición de escalofríos o de labios azules. Si se presentan estos síntomas, retírelo del agua y envuélvelo en una toalla. Para los niños menores de un año, se recomienda no permanecer más de 30 minutos en el agua y la primera vez, sólo 10 minutos en el agua. Esto le permite descubrir poco a poco este nuevo patio de recreo.
Cuando vas a la piscina, también es importante mostrarle los comportamientos correctos, para animarle a desarrollar buenos hábitos. Enséñale desde una edad temprana las reglas básicas a seguir en una piscina, como no correr junto a la piscina, no zambullirse en aguas poco profundas y, sobre todo, respetar a los demás. Este es un lugar público. El respeto por los demás es, por tanto, fundamental para que todos puedan pasar un rato agradable en la piscina.
El aprendizaje de la natación no comienza hasta los 6 años debido a las habilidades psicomotoras y la atención del niño. Antes de cumplir los 6 años, debe conocer el agua, la autonomía y las profundidades. Esto le permitirá estar más cómodo una vez que llegue el momento de tomar clases para aprender a nadar.
Ahora que ha aprendido las precauciones para llevar a su bebé a la piscina, puedes irte sin preocupaciones. Y si tienes alguna duda, no dudes en contactar con los equipos de socorristas al borde de las piscinas. Ellos están en la mejor posición para aconsejarte.
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